¿Cuáles son los peligros del uso prolongado de omeprazol? Este medicamento está probado desde 1980. Lo indica un médico de familia o un internista o gastroenterólogo para tratar patologías del aparato digestivo. En la actualidad, se ha vuelto de uso común y podemos encontrarlo en el botiquín del hogar, junto a otros.
El omeprazol es un inhibidor de la bomba de protones. Es decir, busca disminuir la secreción de ácido clorhídrico, que es el jugo que permite la digestión de los alimentos.
Al inhibir produce un medio alcalino y los síntomas digestivos mejoran, lo que ayuda a la cicatrización de lesiones como gastritis, úlceras y demás. ¿Qué sucede en la actualidad? El uso prolongado —o no prescrito por un médico— puede traer complicaciones como desarrollo de pólipos, cambios de tejido y mala absorción de la vitamina B12. También hay evidencia de cáncer, pero todavía está en estudio.
Una investigación reciente de la Universidad de California en San Diego reveló que el uso en exceso de los fármacos inhibidores de la bomba de protones aumenta las probabilidades de presentar daño en los riñones, a través de enfermedad renal crónica, lesión renal aguda, enfermedad renal terminal o deterioro renal no especificado.
Recientemente, se ha detectado otra nueva y preocupante consecuencia: la nefritis tubulointersticial aguda, un trastorno renal que puede derivar en una insuficiencia de renal. Esta advertencia sobre sus efectos secundarios se ha notificado en un boletín sobre información de seguridad, elaborado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.
Siempre recomendamos a todos los pacientes con síntomas de reflujo, acidez, distensión abdominal o síndrome de intestino irritable disconforme, ir a la consulta médica para que sea prescrito. Nunca debe acudirse a la automedicación, porque dicha práctica lleva a complicaciones a largo plazo.